Los meses de Pandemia nos acercan cada tanto historias que nos sensibilizan y erizan la piel. Una trabajadora de la salud con su cara marcada por las largas horas de uso de su equipo de protección personal asistiendo a pacientes de COVID; un nieto "abrazando" a su abuelo a través de una videoconferencia; una maestra distribuyendo "tareas" en barrios marginales, o través de Radios FM locales, o recorriendo grandes distancias en el Oeste Pampeano, un estudiante subiendo a caballo hasta una loma para "tener señal" y conectarse con su escuela.

Sin embargo, muchos lxs trabajadores del sistema educativo pampeano "ponen el cuerpo" y protagonizan ese tipo de situación siempre, casi a diario, aún antes del contexto de pandemia. Uno de los sectores en los que el compromiso docente se destaca es en las Escuelas Hogares.

Convenciones internacionales y leyes nacionales exigen al Estado la conformación y consolidación de un Sistema de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes. El objetivo que se persigue es "garantizar el ejercicio y disfrute pleno, efectivo y permanente de aquellos derechos reconocidos en el ordenamiento jurídico nacional y en los tratados internacionales en los que Nación sea parte".

Nuestra provincia cuenta, desde el año 2013, con la Ley Nº 2703 de "Adhesión a los artículos 1 al 41 de la Ley Nacional 26601 y a los artículos pertinentes a su decreto reglamentario N415/06". Desde entonces nuestra jurisdicción ha venido avanzando en la implementación de esta ley adecuando las distintas instituciones que conforman el Estado Provincial y capacitando a sus agentes.

        Las Escuelas Hogares (EH) son un componente del SPI (Sistema de Protección Integral) que ha permitido, a lo largo de estos años, atender emergentes con rapidez y eficacia, restituyendo derechos vulnerados y oficiando de soporte a las Unidades Locales y Regionales de Protección de Derechos.

Las EH cuentan con equipos de trabajo formado y estable. Con instalaciones, recursos y presupuesto. En el transcurso de los últimos años la matriculación de niños y niñas en EH ha venido reduciéndose notablemente. Sin embargo, relatos de docentes de distintas Escuelas, que conocen directamente la realidad cotidiana de sus alumnos y sus familias, vienen señalando que el respeto al centro de vida muchas veces se hace a expensas de la vulneración de otros derechos: una vida digna, educación continua (no fragmentada), juego y recreación, abrigo, alimentación, mirada de cuidado de un adulto responsable, entre otros. Y su enorme aporte en la Protección de los Derechos no cabe en un Excel contable.

Entendemos que las EH deben repensarse. Ahora bien, repensar las EH no quiere decir que se transformen en centros especializados en la atención de niñas, niños y adolescentes judicializados, o en riesgo. Lejos estamos de ello, aunque somos conscientes de que el riesgo existe. Por ello creemos necesario darnos el tiempo para pensar y discutir un rediseño institucional que dé lugar a otras voces, otras miradas, otros saberes. Este rediseño debiera ser pensado en conjunto con las Unidades Locales y Regionales de Protección de Derechos.

Si hemos de pensar un Sistema de Protección Integral, este sistema debe integrar la mayor cantidad de miradas. En el encuentro de estas miradas, en la capacidad de concertar y consensuar abordajes complementarios, se juega la integración del sistema y la restitución de derechos vulnerados de una forma menos fragmentada.

Para cerrar creemos que la EH es una modalidad mas sistema Educativo pampeano a la cual las familias tienen el derecho a elegir como espacio educativo para sus hijxs.

Secretariado Provincial