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Los cinco días del ex ministro Bullrich

Por Sonia Alesso para El Cohete a la Luna
Los cinco días del ex ministro Bullrich

Foto: El Cohete a la Luna

Un proyecto del gerente de recursos humanos para restringir el derecho de huelga

C TERA tomó conocimiento de un Proyecto de Ley para limitar el derecho de huelga en la docencia, presentado en el Senado de la Nación por el ex Ministro de Educación, Esteban Bullrich. La idea central del actual legislador es restringir los paros docentes a un máximo de 5 días por año. Entre sus argumentos expresa que “las huelgas docentes obstaculizan el aprendizaje”.

Desde la Confederación de Trabajadores de la Educación sostenemos que son las políticas neoliberales aplicadas por este gobierno conservador las que constituyen el verdadero obstáculo para aprender en la actualidad, precarizando las condiciones para trabajar adecuadamente en escuelas, desmantelando los programas socioeducativos de inclusión, desfinanciando y ajustando el presupuesto educativo e incumpliendo la Ley de Educación Nacional 26.206 y la Ley de Financiamiento 26.075 que establecen la meta del 6% del PBI para educación.

Con una mirada reduccionista y muy limitada, propia de un administrador de empresas y sin formación pedagógica, el ex Ministro arguye que “las huelgas docentes generan grandes desigualdades en el acceso al saber”. Al respecto habría que aclarar que las problemáticas del aprendizaje son complejas y que no se trata de un problema meramente cuantitativo que pueda medirse por cantidad de días/horas dentro de un aula, como si se tratase del modelo de producción industrial donde lo que cuentan son las horas/hombre frente a la cinta de producción. El problema educativo tiene que ver, entre otras cosas, con la calidad de las condiciones existentes para la enseñanza y el aprendizaje. En todo caso, “la cantidad” debe ser complementaria con la calidad y la inclusión. No se trata de la cantidad por la cantidad misma.

Bullrich representa al pensamiento empresarial gobernante y, desde ese lugar, considera a los docentes como simples “empleados” y no como sujetos protagónicos para la construcción de un proyecto educativo. Y su proyecto de ley no hace más que cristalizar la imagen que él mismo autoconstruyó cuando, en la 22° Conferencia de la Unión Industrial Argentina (UIA), se presentó diciendo: “No les hablo como Ministro de Educación sino como gerente de recursos humanos”. Toda una definición.

Frente a esta nueva arremetida contra los docentes, desde nuestra organización sostenemos que derecho de huelga y el derecho a la educación no son pares opuestos; por el contrario, ambos son tan importantes como constitucionales. Cuando los docentes organizados sindicalmente llevan adelante sus medidas de fuerza, lo hacen para defender el derecho a la educación de toda la sociedad y los derechos laborales como un todo integrado. Defender las condiciones laborales es defender la educación pública, indisolublemente.

Es paradójico que el ex Ministro de Educación y ahora senador Esteban Bullrich, u otro funcionario de este gobierno, se refieran al “derecho a la educación”, siendo que es la gestión macrista la principal promotora de un proyecto que pretende reinstalar en la Argentina la idea de la educación como un servicio o una mercancía. El macrismo ha pretendido lesionar el derecho a la educación y promovido el avance privatizador abriendo las compuertas del sistema para la entrada de los valores del mercado, firmando gran cantidad de convenios con las empresas, fundaciones y ONGs para dejar en sus manos los destinos de la educación pública.

El proyecto de ley mencionado es el corolario de la línea política de destrucción de la escuela pública, sometimiento y disciplinamiento que pretende imponer Cambiemos. Hay que recordar que se trata de un gobierno que clausuró la Paritaria Nacional Docente, que eliminó paulatinamente el fondo compensador para las provincias, que redujo salarios, que congeló el incentivo docente. Un gobierno que no dudó en agredir con palos y gases a quienes trataban de instalar la Escuela Pública Itinerante, que reprimió la protesta social y que convocó a “voluntarios” para ocupar los puestos de trabajo de docentes en huelga. Un gobierno que instauró la figura del co-docente (profesional sin formación a cargo de aulas) y que cree que para ser docente no hace falta estudiar carreras de profesorado, pues alcanza con ser un profesional exitoso. Un Estado ausente que por desidia y ajuste desatendió el mantenimiento de las escuelas donde la Comunidad Educativa tuvo que lamentar con profundo dolor la muerte de dos trabajadores de la educación, que al mismo tiempo reduce y baja la calidad de los alimentos para los estudiantes; que cierra escuelas e Institutos de Formación y que no garantiza vacantes suficientes en los niveles obligatorios del sistema de educación pública. Un gobierno que no se digna responder los reclamos de los sindicatos y que amenaza con quitar la personería gremial a nuestras organizaciones, que manda la policía a las escuelas para “controlar el presentismo”, que promueve la desafiliación gremial y que abre sumarios a quienes participan en los paros.

Estos los verdaderos factores que vulneran el derecho a la educación y no las huelgas, que son derechos reconocidos por la Constitución Nacional y por la OIT: “El derecho de huelga es uno de los medios legítimos fundamentales de que disponen los trabajadores y sus organizaciones para la promoción y defensa de sus intereses económicos y sociales”. (OIT, La libertad sindical, 1996, párrafos 473-475.)

CTERA seguirá defendiendo el derecho de huelga, porque un docente que lucha también enseña.