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  El pasado 21 de marzo del corriente el Presidente Mauricio Macri y el Ministro de Educación Alejandro Finnochiaro presentaron en los medios de comunicación los resultados del Operativo Aprender 2017, en una más que evidente “puesta en escena”destinada mostrar una supuesta mejora de la calidad educativa.

Desde CTERA cuestionamos tanto esta presentación mediática como el contenido de la misma pues ninguno de los argumentos desplegados por las autoridades para explicar dicha mejora tienen real asidero, ni auténtica rigurosidad pedagógico-metodológica. Resulta innegable que entre operativo y operativo no hubo ninguna medida de política educativa concreta a la que se le pueda atribuir dicha mejora; por el contrario, en este tiempo se han dado de baja gran cantidad de propuestas de formación docente permanente y en ejercicio en el marco de la destrucción del programa “Nuestra Escuela”, se cerró el “Plan Nacional de Lectura”, se subejecutaron partidas para la distribución de libros y computadoras y se aplicaron diversas medidas que no han hecho más que precarizar las condiciones educativas generales para la enseñanza y el aprendizaje en las escuelas.

En una nueva muestra de que la evaluación es considerada por este gobierno como la gran solución a todos los problemas educativos, y apelando a un discurso plagado de explicaciones y resoluciones casi mágicas, se impone la realización de estos operativos como el único camino para alcanzar la tan mentada “calidad educativa”.

La decisión de ubicar a la evaluación en un lugar central de la política educativa persigue el objetivo de dar cada vez más importancia a los resultados que son vistos como un fin en sí mismos, y que actualmente se presentan con grandes titulares en los medios. A esto, hay que sumar el reciente proyecto del Poder Ejecutivo para hacer públicos los resultados de los operativos de las pruebas estandarizadas por escuelas, dejando habilitada la posibilidad de instalar en Argentina un sistema de rankings con la consecuente estigmatización y condena pública de instituciones educativas, estudiantes y docentes.

Por todo ello, desde nuestra organización sindical volvemos a cuestionar tanto el operativo de evaluación como la intencionalidad de hacerlo público justamente en un contexto signado por el conflicto docente, con la clara intencionalidad de deslegitimar a las y los trabajadores de la educación dejando, a su vez, sentadas las bases para instalar cada vez con más fuerza la falaz relación que el gobierno pretende imponer entre el rendimiento escolar y las condiciones salariales.

Estas pruebas estandarizadas y sus resultados, que son anunciados con bombos y platillos, son utilizados como la principal estrategia para justificar las transformaciones que se vienen realizando desde una perspectiva meritocrática, estandarizante, mercantilista y privatizadora, escondiendo la verdadera y última intención que consiste en la imposición definitiva de un proyecto de restauración conservadora en el campo educativo, acompañada del ajuste y la deslegitimación de la escuela pública y el trabajo docente.

Desde CTERA recalcamos que no nos oponemos a los sistemas de evaluación, y que nuestro planteo crítico se focaliza en el rechazo de este tipo operativos de “pruebas estandarizadas” como “aprender”, “enseñar”, “PISA”, etc., que lejos están de reflejar la complejidad de los procesos de enseñanza y de aprendizaje.


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