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  Asegurar las condiciones materiales necesarias para enseñar y aprender es una de las responsabilidades indelegables que la Ley de Educación Nacional y la Ley Provincial de Educación le asignan al Estado.

Un aula con más de 30 estudiantes es un claro obstáculo para el desarrollo de aprendizajes significativos. Es por ello que continuamente reclamamos la apertura de nuevas divisiones donde es necesario, y nos oponemos al cierre de cursos.

Esta lucha ha arrojado algunos resultados positivos con la apertura de nuevas divisiones en Quemú Quemú. El Colegio María Ofelia Espósito logró la apertura de un nuevo curso, 5to año, generando así el desdoblamiento del curso que tenía cerca de 40 alumnos.

En la ciudad de Macachín, en el Colegio 20 de Noviembre, abrieron un 4to año y una nueva modalidad en el turno tarde (Economía).

Sin embargo, el reclamo sigue estando vigente ya sigue habiendo cursos extremadamente numerosos y las decisiones en forma tardía afectan el funcionamiento de las escuelas así como también el proceso de enseñanza-aprendizaje.

Las aulas superpobladas no solo recargan la tarea docente, sino que también resultan un obstáculo para la promoción de aprendizajes significativos entre los estudiantes, puesto que suelen venir asociadas la escasez de otros recursos materiales. Pero también porque en un grupo demasiado numeroso, dificulta el acompañamiento individualizado, la promoción del diálogo, el fortalecimiento las interacciones.

En contraposición a estas situaciones también se da cierre de cursos por baja matrícula, fusionando cursos y generando pérdida de puestos de trabajo como así también pérdida de derechos para lxs alumnxs.

Estas situaciones responden a políticas de ajuste a nivel provincial y nosotros sostenemos que donde hay un alumno el derecho debe estar garantizado, es la esencia de la escuela pública.

SECRETARIADO PROVINCIAL

 
 
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