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En el año 2016 se incrementó la desigualdad de ingresos al interior de los ocupados, en un contexto de caída del poder adquisitivo de los ingresos laborales. Así, la brecha entre el 10% de los ocupados con mayores ingresos (decil 10) y el 10% que menos gana (decil 1) pasó de ser 16,8 veces en el segundo trimestre de 2015 a 20,1 veces en el promedio de 2016 (Gráfico N° 1)1.



A la par que se resintió el poder de compra de los ingresos de los trabajadores2, esta caída afectó en mayor medida a quienes tienen ingresos más bajos. Mientras que sólo el 10% de los ocupados con mayores ingresos tuvo aumentos nominales que superaron a la inflación, el 90% restante vio disminuir su ingreso real en el período analizado.

En este escenario de ampliación de brechas de ingresos laborales y de mayor desigualdad, en este breve informe se caracterizan los ingresos laborales del total de ocupados en el 4° trimestre de 2016 (última información disponible a la fecha), y se diferencia a las distintas categorías ocupacionales: asalariados registrados, asalariados no registrados, no asalariados3. La información utilizada proviene de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) de INDEC para el total de aglomerados relevados por dicha encuesta.

A fines de 2016, el ingreso promedio declarado por los ocupados ascendió a $11.5334 y el salario promedio de los asalariados registrados fue de $14.4645 (Gráfico N°2).

Los asalariados que no tienen registrada su relación laboral (no registrados) son los que tienen una remuneración relativamente más baja y fueron, a su vez, los que más perdieron frente a la inflación en 2016. En efecto, mientras que sus salarios promedio representaban el 47% de las remuneraciones de bolsillo de los asalariados registrados en el 2° trimestre de 2015, en el 4° trimestre de 2016, con $6.506 en promedio, representaron sólo el 45% del promedio de los registrados.



Por su parte, los no asalariados, con $ 10.487 de promedio y situaciones muy heterogéneas al interior de este grupo, ganaban 28% menos que los asalariados registrados.

Más allá de los promedios, pueden analizarse algunas medidas de distribución. Según se muestra en el Cuadro N° 1, la mitad de los ocupados tenía ingresos inferiores a $10.000 en el 4° trimestre de 2016. El 10% con menores ingresos ganaba menos de $3.000 y, en el otro extremo, el 10% con mayores ingresos ganaba más de $20.000.



Los asalariados registrados no sólo tienen ingresos laborales más altos en promedio, sino que también el piso salarial resulta más elevado. El 10% de los ocupados con salarios más bajos ganaba menos de $6.600 en el 4° trimestre de 2016, cifra que se compara con $1.600 para el caso del 10% de los asalariados no registrados con más bajos salarios.

Los salarios del 10% con mayores salarios fueron superiores a $25.000 en el caso de los asalariados registrados y de sólo $12.000 para los no registrados. Los asalariados no registrados no sólo se ven perjudicados por no contar con derechos laborales explícitamente reconocidos y no tener aporte jubilatorio ni a obra social; además, sus ingresos son sustantivamente más bajos que los de los asalariados que tienen una relación laboral registrada en el sistema de seguridad social. En efecto, en el 4° trimestre de 2016, la mitad de los asalariados no registrados ganaba menos de $5.000.

La amplitud de ingresos de los no asalariados, por su parte, da cuenta de la mayor heterogeneidad de situaciones que se incluyen en esta categoría. Mientras que el 10% de los trabajadores con menores ingresos ganó menos de $2.000, el 10° con los mayores ingresos obtuvo más de $20.000.

El Cuadro N° 2 permite ampliar la caracterización de la distribución de ingresos del total de ocupados y al interior de cada categoría ocupacional, ya que muestra los ingresos promedio por cada decil.

La información provista da cuenta de ingresos laborales mensuales sumamente bajos para una gran parte de los ocupados en Argentina. Cabe recordar que en el 4° trimestre de 2016 la canasta básica total, que define la línea de pobreza para un adulto equivalente, ascendía a $4.232. Esa misma canasta, calculada para una familia tipo llega a $ 13.0786.



En parte, los bajos ingresos pueden asociarse con la baja carga horaria de las ocupaciones, fenómeno que no necesariamente es elegido voluntariamente, como lo muestra el hecho de que la tasa de subocupación, es decir, la proporción de personas que trabajan menos de 35 horas semanales por causas involuntarias y están dispuestas a trabajar más horas alcanzó el 10,3% en el 4° trimestre de 2016.

Para aislar este efecto, se presentan en el Cuadro N° 3 los principales percentiles de ingreso considerando sólo a aquellos ocupados que trabajan semanalmente 35 horas o más.

La mitad de los ocupados que trabajan al menos 35 horas por semana tiene ingresos inferiores a $12.000, mientras que la mitad de los asalariados registrados gana menos de $14.000 y la mitad de los no registrados menos de $8.000.

Se destaca que, incluso entre quienes tienen jornadas completas de trabajo, los pisos de ingresos resultan sumamente bajos. El 10% de los ocupados con menores ingresos gana menos de $5.000, valor que es de $4.000 en el caso de los asalariados no registrados y de $3.000 para los no asalariados.


* Nota publicada por CIFRA

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Referencias

1. No se cuenta con información referida al IV trimestre de 2015, por lo cual no es posible realizar la comparación interanual del IV trimestre de 2016.

2. Ver “Informe sobre situación del mercado de trabajo” N° 2, CIFRA, mayo 2017.

3. Esta categoría incluye a patrones o empleadores y trabajadores por cuenta propia. Los trabajadores por cuenta propia son prácticamente el 85% de los no asalariados con ingresos.

4. Las cifras tienen leves diferencias respecto a las publicadas en el “Informe sobre situación del mercado de trabajo” N° 2 de CIFRA. En esta oportunidad, se trabajó con el ponderador que corrige el efecto de la no respuesta de ingresos.

5. Según la información registrada en el Sistema Integral Previsional Argentino (SIPA), la remuneración normal y permanente en el 4° trimestre de 2016 en términos brutos fue $20.474. La diferencia respecto del dato que arroja la Encuesta Permanente de Hogares obedece a que esta última encuesta capta información sobre salario neto o “de bolsillo”, a la diferente cobertura geográfica y a la existencia de cierto nivel de subdeclaración en la EPH.

6. Composición considerada para una familia tipo: varón de 35 años, esposa de 31 años, un hijo de 6 años y una hija de 8 años.



 
 
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